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¿Qué es la presión en el Peritaje Caligráfico?

El impulso es un aspecto elemental de nuestra psique y es característico de los impulsos dirigirse hacia una meta con una determinada energía. La escritura, como forma de comunicación de nuestras ideas, se exterioriza por medio impulsos en los que se refleja la intensidad de la distribución de la energía que utilizamos en el acto gráfico, siempre que el útil escritural sea apto e idóneo para que quede registrada dicha energía, dotando así a la escritura de una tercera dimensión, la profundidad del trazo.

Los impulsos tienen su origen en fundamentos más primitivos y vitales que cualquier otro elemento que concurra en la formación gráfica, por lo que constituye un aspecto esencial y muy personal en el estudio de cotejo de escritos y firmas.

Conforme el niño va practicando su modelo caligráfico, a la par que va madurando y evolucionando como persona, su escritura inicial se va influenciando por sus estados de ánimo, emociones y sentimientos que han sido perfilados por su psique, lo que supondrá que en su escritura influya más el carácter propio del niño que el aspecto dinámico y motor de la forma estereotipada de las letras, con lo que se produce una perturbación en la primitiva igualdad caligrafiada de sus letras, dando paso a una escritura caligráficamente irregular, al apartarse de las normas caligráficas, pero muy representativa de la personalidad escritural de su autor.

Así pues, en el Peritaje Caligráfico Cantabria https://gabinetepericialcesarcm.es/ la presión gráfica es una expresión de energía que manifiesta su intensidad en función de los aspectos vitales de cada persona y constituye la primera manifestación gráfica que aparece en los garabatos que inicialmente realiza el niño; por lo que incluso es anterior a la propia forma gráfica, ya que mediante ella el niño manifiesta su impulso vital dejando ver su fuerza gráfica en esos primeros garabatos que no se someten a ninguna morfología predeterminada como lo son las letras.

Posteriormente, conforme el niño avanza en el aprendizaje de la escritura, en su desarrollo físico y en su evolución como persona, tendrá que canalizar esa presión inicial para realizar las formas predeterminadas de las letras que le imponen las reglas caligráficas; pero a medida que va creciendo y desarrollando su educación intelectual y personal, la escritura se verá afectada por la afectividad y las emociones e irá adoptando una forma concreta que estará impregnada de su propio ritmo personal.

La presión es una característica gráfica que se produce por el esfuerzo físico realizado por el escribiente al realizar el movimiento de la escritura, y su observación ponderada resulta muy importante en los estudios de cotejo encaminados a la identificación del autor de un escrito o firma dubitada, en el análisis de peritaje caligráfico en Cantabria.

Este esfuerzo físico se manifiesta de tres maneras distintas:

a) Por la fuerza con la que se coge el útil escritural: La intensidad con la que se coge el útil escritural se refleja de manera gráfica en la tensión de los trazos. Así, a una intensidad normal le corresponden unos trazos realizados con tensión firme y sin irregularidades; mientras que con una intensidad débil, la tensión es ligeramente inferior pero se produce una adecuada combinación de los elementos que forman la escritura que, generalmente, producen letras de tamaño grande; y con una intensidad fuerte, los trazos tienen una tensión floja o blanda, llevan temblores, brisados y torsiones y la escritura es de tamaño pequeño. Hay dos razones por las que una persona coge el útil escritural con mucha fuerza, una porque tiene poca destreza escritural, es decir, cuando no está seguro de que va reproducir correctamente las formas de las letras por lo que su atención está totalmente ocupada en la reproducción de las formas gráficas y por ello se tiende a apretar el útil escritural más de lo estrictamente necesario y se frena la actividad formadora de las letras; y la otra razón, es cuando una persona está falsificando una escritura o firma ya que al no tener asumidas las formas gráficas que quiere emular, la atención se centra en reproducirlas de forma correcta con una disminución considerable de la expresividad gráfica que deriva un desvío de los impulsos hacia la mano que coge el útil escritural. En el peritaje caligráfico, la tensión de los trazos puede llegar a ser un elemento gráfico de especial trascendencia en el análisis grafoscópico.

b) Por el peso con el que se apoya la mano y el antebrazo en la superficie de apoyo: Para que la escritura fluya de manera normal hacia la derecha, es preciso que la mano y el antebrazo se apoyen con una fuerza normal en la mesa. El exceso de presión en el apoyo sobre la mesa frenará el desplazamiento de la mano y el antebrazo por lo que dará lugar a una escritura de tamaño pequeño y condensada en la que se reducen de forma considerable los espacios entre grammas, letras y palabras; mientras que el apoyo débil dará lugar a una escritura más espaciada y con tendencia a la filiformidad.

c) Por la presión de la punta del útil escritural sobre el papel: Esta presión viene determinada por la fuerza que se ejerce sobre el papel con el útil escritural y se manifiesta mediante la profundidad y el grosor del trazo. Se la conoce como la presión auténtica o efectiva, porque el esfuerzo que se realiza al escribir queda grabado por el apoyo gráfico.5 Su valoración se hace teniendo en cuenta la intensidad de la fuerza ejercida que se pone de manifiesto en la mayor o menor profundidad del surco que traza el útil escritural, dando a la escritura la tercera dimensión, es decir, profundidad y relieve, que será mayor o menor en función del sentido que siga el trazo, pues generalmente los ascendentes tiene menor profundidad que los descendentes, por lo que los primeros aparecen más finos y los segundos más gruesos; aunque hay escrituras en las que sucede lo contrario como consecuencia del cambio realizado en la posición de la pluma o del bolígrafo con respecto al papel, al ponerlos de forma más perpendicular. No es cierto, como ha dicho algún autor, que la escritura realizada con bolígrafo sea inexpresiva y no muestre gruesos y perfiles, sino que presenta las mismas diferencias de presión (gruesos y perfiles) que la escritura realizada con pluma; siendo igualmente apreciables todos aquellos aspectos gráficos propios de la escritura con pluma, como son, los levantamientos del bolígrafo, con la aparición de disminución del grosor del trazo o la presencia de un rasgo final característico; las paradas, con detección de un pequeño engrosamiento a modo de hoyo que se produce por un aumento inconsciente de la presión; y las vacilaciones del trazo, que sin producir entintamiento adicional modifican la estructura del surco.

 

Gabinete de Peritaje Caligráfico en Cantabria

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